sábado, 19 de junio de 2021

14 de Enero


Durante mucho tiempo no tuve ese "chip de padre". 

Durante mucho tiempo no me despertaba ningún interés el ver un bebé. El pensar en la paternidad.

Durante mucho tiempo viví pensando que no iba a ser lo mío.

Fue hasta ese día, que el mundo se me detuvo, que tuve que asimilar la idea de que venía una criatura en camino, que me iba a hacer papá.

Hubo muchas dudas, muchas preocupaciones que inundaron mi mente. Y fue solo la voz de Dios la que me apaciguó.

Durante mucho tiempo fueron otras personas las que estaban más expectantes que yo. En mí corazón aún reinaba la incertidumbre.

Pero entonces llegaste. Y bastó verte por primera vez y que me regalaras una pequeña sonrisa al reconocer mi voz. Bastó tan solo verte para robarme el corazón y caí rendido por fin al amor que traías a mi vida.

Me enseñaste el verdadero significado de vivir "un día a la vez" porque cada día a tu lado es toda una nueva aventura.

Pintas de alegría mi alma cuando te miro durmiendo en mi pecho. A salvo. Protegido. Sueño con que esos momentos fueran eternos.

Iluminas mi corazón cuando vuelvo de la calle y me recibes con una enorme alegría y te miro venir hacia mí con tus manitas extendidas para que te alce.

Has cambiado mi vida. Has replanteado mis planes futuros. Aún no cumples ni un año y ya has logrado exigirme para ser un mejor hombre. Una mejor persona.

Me enseñaste a valorar aún más a tu abuelito, y a todas esas personas que logran salir adelante con sus hijos.

Me has hecho entender menos a esos hombres que abandonan a sus hijos sin siquiera haber nacido. ¡Pobres ignorantes! Nada en este mundo podría ser mejor que lo que se vive al ser padre.

Yo antes no me veía contigo. Hoy no podría imaginar mi vida sin ti.

Dile a tu mamita que no me regale nada para el día del padre. Ser tu papito ya es el mejor regalo que recibí desde aquel 14 de enero, cuando me di cuenta que ibas a nacer.